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La rehabilitada
A causa de prejuicios tenaces, Madre Marie-Anne estuvo en la sombra largo tiempo después de su muerte. En 1917, un capellán de la Casa Madre, que tuvo la oportunidad de conversar con testigos de la vida de Madre Marie-Anne, da una serie de conferencias. Su iniciativa suscita un gran entusiasmo y hace el efecto de bola de nieve.
En 1950, año del centenario de la Congregación de las Hermanas de Santa Ana, Monseñor Paul-Émile Léger, arzobispo de Montreal, autoriza las gestiones oficiales para hacer reconocer la santidad de Madre Marie-Anne. Una primera biografía completa, Mártir del silencio, es publicada en 1956. El autor, el Padre Eugène Nadeau, o.m.i., relata hechos hasta entonces desconocidos. Después de los años cincuenta, un movimiento de fervor se desarrolla en torno de Madre Marie-Anne. La comunidad inaugura en la Casa Madre un lugar donde uno puede venir a rezarle. Numerosos favores le son atribuidos. En 1991, después de muchos años de exámenes minuciosos sobre su vida, el Papa Juan Pablo II la proclama “venerable”. El 29 de abril 2001, ella fue beatificada; nosotras le rogamos ahora bajo el vocablo de “Bienaventurada Marie-Anne Blondin”.
Foto : Archivos generales
La tumba de Madre Marie-Anne en la Casa Madre de las Hermanas de Santa Ana.
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